martes, 3 de noviembre de 2009

Primer trasplante de páncreas en Perú cambia vida de paciente diabética y marca hito en historia médica

(ANDINA).- Rosario Hidalgo Valenzuela representa un caso en el que la solidaridad humana y la alta especialización de los médicos de EsSalud se conjugaron para darle una nueva oportunidad de vida. Fueron 23 años durante los cuales la diabetes la hizo vivir entre agujas y sondas, dormir a sobresaltos para evitar una fatal baja de azúcar y amanecer conectada a una máquina de diálisis. Todo eso quedó atrás hace cuatro semanas, cuando recibió el primer trasplante de páncreas en la historia del país.

Un equipo médico que se especializó durante tres años en Perú y en el extranjero hizo la proeza de colocarle un nuevo páncreas y parte del duodeno, para asegurar la segregación de insulina y de enzimas, pero sin quitarle sus propios órganos. Adicionalmente se le retiró un riñón que la diabetes había inutilizado.

A sus 34 años, Rosario tiene el optimismo a flor de piel. Sabe que ya no necesitará más diálisis ni más inyecciones de insulina, sino sólo chequeos médicos periódicos. “Ahora puedo dormir tranquila”, sostiene su mamá, Angélica; mientras que su papá, Artidoro, recuerda que todas las noches había que controlar permanentemente que a la segunda de sus hijas no le diera una hipoglicemia.

Una operación compleja de 18 horas

José de Vinatea de Cárdenas, el médico jefe del dervicio de cirugía de páncreas del hospital Guillermo Almenara, de EsSalud, detalló que la compleja intervención practicada a Rosario tuvo tres etapas.

La primera, que tardó aproximadamente cinco horas, consistió en retirar los órganos al donante cadavérico; la segunda, el trabajo con los órganos a temperaturas especiales, fase que tardó más de cinco horas; y la última, que fue el implante a la paciente, se hizo desde las 11:00 hasta las 19:00 horas.

Según el galeno, a Rosario Hidalgo la operación le significa una mayor expectativa de existencia y, sobre todo, mejor calidad de vida, sin mayores limitaciones.

Indicó que la etapa de rechazo agudo de los órganos implantados ya pasó y que con el tiempo puede presentare un rechazo crónico que puede ser controlado con medicamentos.

Anotó que si bien el costo de esta operación es mayor a lo que se gasta en tratamiento a un paciente con diabetes e insuficiencia renal en un año, después los gastos son mucho menores.

Del donante de Rosario sólo se sabe que era un hombre joven de sólo 30 años, corpulento y saludable, que falleció de un accidente cerebro vascular en el hospital de emergencias Casimiro Ulloa, y que su generosa familia decidió prolongar su vida salvando a otros.

Es así que donó su páncreas, sus dos riñones, ambas córneas, su hígado – que le fue implantado al paciente Rogelio Ríos, quien sufría de cirrosis hepática con virus C– , y su piel para salvar otras vidas o mejorar la calidad de éstas en otros casos.

A la vanguardia

En la conferencia de prensa realizada hoy en el hospital Almenara, el presidente ejecutivo de EsSalud, Fernando Barrios, resaltó que esta institución está a la vanguardia de los trasplantes en el país, de los cuales realiza el 90 por ciento.

Anotó que los hospitales de EsSalud están en capacidad de llevar a cabo un trasplante de riñón semanal y uno de hígado al mes, pero que el problema siempre es la falta de donantes.

“Este es un tema de conciencia. Por eso invocamos a las familias a que respeten la voluntad de quienes expresan en sus DNI el deseo de donar sus órganos.”

Actualmente, en el hospital Almenara hay entre 80 y 100 pacientes esperando la donación de un riñón y 15 que aguardan un hígado.

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