martes, 10 de abril de 2012

Director de clínica de fertilidad concibió cientos de hijos

Bertold Wiesner, biólogo fundador de la clínica de fertilización London Barton en los años 40, es el padre de cientos de niños. Así como lo lee.

Un caso representativo es el de David Gollancz, quien tenía 12 años cuando en 1965 sus padres le dijeron que le habían concebido a través de inseminación artificial. Solo cuando fue adulto supo quién era su padre. En el 2007, en pruebas de ADN practicadas a 18 personas nacidas gracias a los tratamientos de Wiesner se descubrió que 12 de ellas, eran hijas del biólogo, quien había actuado como donante de esperma.

En diálogo con “The Sunday Times”, Gollacz asegura que un cálculo conservador hace pensar que entre 300 y 600 de los 1.500 bebes engendrados en la clínica -mientras funcionó hasta los 70- pueden ser hijos del doctor Wiesner, fallecido en 1972 a los 70 años. El caso plantea la posibilidad de que –aunque con poca probabilidad estadística- algunos de los 600 hijos hayan tenido hijos con los típicos riesgos entre parejas consanguíneas.

Hoy la ley no permite que casos como el de Wiesner se produzcan. La ley solo permite “fertilizar” a un máximo de 10 familias. No se cuenta el número de hijos, sino familias, para que la familia pueda tener hijos del mismo donante si lo desea.

Gollancz ha localizado a 11 medios hermanos. Es difícil obtener más información del caso, porque Mary Barton, esposa de Wiesner, destruyó los archivos de la clínica antes de morir hace 11 años.

En una conferencia, ella declaró: “Yo emparejaba raza, color y estatura y todos los donantes se elegían entre gente inteligente. Si vas a concebir a un niño de forma deliberada, tienes que poner las exigencias por encima de lo normal”, añadió, según cita el matutino británico “Daily Mail”.

Hoy está normado que los donantes mantengan sus datos por si los nacidos desean en el futuro saber quién es su padre biológico.

Pero Gollancz, según recoge el diario español “El País”, no lo cree suficiente. “Me gustaría que en los certificados de nacimiento figurara el nombre del donante de esperma o de óvulos. De lo contrario, significa que nunca sabrán cómo encontrar al padre donante”.

Pero David Gollancz cree que eso no es suficiente. “Muchos de los padres que los reciben nunca les dicen a sus niños que han sido concebidos de esa forma, lo que significa que nunca sabrán cómo encontrar al padre donante”, sostuvo. Fuente: El Comercio 

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