Desde pequeños los medios y nuestros padres se encargan de insertar una premisa en nuestra mente: debemos tomar leche. Sin embargo, ¿qué pasa si uno, como gran parte de la población, es intolerante a la lactosa? ¿De qué manera se pueden suplir los beneficios que nos otorga la leche de vaca? En su más reciente post, Diana Plasencia, blogger de Oveja Verde, se encarga de resolver estas, y otras, preguntas claves.
“Existen diferentes tipos de leches vegetales que podemos preparar nosotros mismos y que nos aportan una gran cantidad de beneficios. Está la leche de alpiste, de quinua, de avena, de arroz, de coco, de castañas, de cebada, de almendras, de soya, de avellanas, entre otras. Son ligeras, fáciles de digerir y contienen menos grasa, son comparables a las leches light de vaca que se venden en el mercado, solo que son mucho más sanas en cuestión de grasas saturadas. En general, este tipo de leches se prepara triturando las semillas y agregándoles agua y algún otro condimento que les dé sabor. Cada una tiene propiedades particulares y sabores muy especiales, es cuestión de encontrar el que más nos guste y comenzar a tomarlas tal cual hacíamos con la leche en nuestra niñez”, afirma Plasencia. Fuente: El Comercio
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