El cáncer de hígado, el sexto tipo de este mal con mayor incidencia en nuestro país, es una enfermedad sumamente silenciosa que solo se manifiesta con síntomas cuando ya está muy avanzado, por lo que especialistas recomiendan realizarse chequeos preventivos anuales.
El medico radiólogo Raymundo Flores manifestó que esta enfermedad es tan peligrosa y letal que, según los últimos estudios, genera solo en Lima 70 casos nuevos al año, sumando un total de 4 pacientes por cada 100,000 habitantes.
“Los síntomas se hacen notorios en etapas muy avanzadas y cuando la enfermedad es ya incontrolable y fatal. Hablamos de dolores fuertes en la zona del vientre, pérdida de peso, hinchazón del estomago e ictericia (piel amarilla)”, explicó.
Sobre el grupo poblacional propenso a desarrollar este mal, el especialista informó que hay factores preexistentes, como otras enfermedades del hígado, que deberían motivar la preocupación de las personas.
“Los pacientes con cirrosis son los que deberían realizarse chequeos preventivos con mayor regularidad, por ejemplo. La cirrosis ya es letal por si misma, sobre todo teniendo en cuenta que hace mucho más posible la aparición del cáncer. La Hepatitis B y C son también enfermedades de riesgo, y deberíamos incluir también a las personas que consumen alcohol excesivamente", anotó.
Flores manifestó que a diferencia de otros cánceres que son detectables incluso al tacto, lo que facilita su rápido tratamiento, el que afecta al hígado requiere de pruebas más específicas.
“Hay dos herramientas importantes para la detección, que son el examen de sangre y el examen de imágenes. El primero analiza la elevación de sustancias que puede determinar un posible de cáncer, pero no da resultados ciento por ciento precisos. Los exámenes de imágenes, como la ecografía y la tomografía, sin embargo, apuntan a resultados detallados y a tiempo”, detalló.
Un cambio en la cultura de prevención, según el especialista de Resomasa, mejoraría las cifras. Actualmente menos del 10 por ciento de pacientes llega con el cáncer en una etapa que pueda ser controlado rápidamente.
“La prevención es responsabilidad de los pacientes que, aparte de llevar un estilo de vida guiado por una alimentación y ritmo saludable, deben tener el chequeo médico como una costumbre. No solo para el cáncer, sino para cualquier enfermedad que, de alguna manera, podría derivar en una situación más complicada”, puntualizó. Fuente: ANDINA
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